El proyecto debía contener dos salas de tratamiento individuales, una de tratamiento doble con ducha y una sala polivalente, a demás de los espacios servidores: sala de espera, office, vestuario y aseo.

Desde el comienzo se buscaba un espacio versátil, que fuera luminoso y que esta se pudiera regular dependiendo la necesidad del tratamiento.

Una de las premisas era el uso de materiales de fácil limpieza, de colores neutros y suaves que ofrecieran a los futuros clientes un aspecto de calidez y pureza. 

La madera se convierte en un elemento protagonista, funcionando como espacio de almacenaje, delimitación de espacios y formador de puntos de exposición. 

El diseño de la fachada se plantea como un elemento con doble función, permitir la permeabilidad visual y lumínica interior-exterior y a su vez delimitar un espacio de acceso con un elemento móvil serigrafiado que se cierra a voluntad, dotando al local de la seguridad que requiere fuera del horario de apertura. 

Todos estos elementos se fabrican e instalan en negro mate sirviendo de elemento diferenciador y pórtico de acceso.

En esta línea se hace un guiño en el interior con leves detalles en negro tales como los mecanismos, luminarias y tiradores, tratando de coser ambientes de la forma más sutil posible y sin perder la esencia aséptica y neutra requerida en todo momento.

En resumen, un proyecto de requerimientos muy específicos, que se gestó desde su mínima expresión para obtener el resultado que el cliente siempre imaginó.