El proyecto se planteaba como la necesidad de crear una amplia clínica dental, en los bajos de un edificio de obra nueva.

Las necesidades programáticas del cliente eran claras, cuatro gabinetes de tratamiento para pacientes, una zona de esterilización, un cuarto de Rayos X, cuarto de limpieza, almacén, despacho de dirección, office y una gran sala de espera.

La distribución queda de forma ordenada, por un lado la zona pública y de acceso y por otro lado la zona de tratamiento de pacientes, ambos espacios separados por el cambio de cota existente en la solera del local y coincidente con la junta de dilatación del edificio.

Se implementan materiales nobles, duraderos, higiénicos y atemporales, aspectos básicos para el mantenimiento de unas instalaciones sanitarias de este tipo.

El uso de la madera, para crear una celosía que de calidez al espacio de espera y acompañe en la entrada a la zona de BOX, se tomó como decisión de proyecto y crea una imagen diferenciadora.

El vidrio cobra un gran protagonismo, pretendiendo que el interior y el exterior se conviertan en un único espacio, esto se consigue mediante el uso de grandes paños y la ocultación de los marcos tanto en paramentos verticales como horizontales. Para resolver el aspecto de la privacidad, se utilizaron estores translucidos que permiten la visibilidad desde el interior pero bloquea la visibilidad desde el exterior, fomentando así la tranquilidad y bienestar del paciente.